Cañoneros del Ritmo: Abozao y Merengue Rucaneao
🪘🎷 Cañoneros del Ritmo: Abozao y Merengue Rucaneao – Ecos de un Caribe que Resuena
Por Onésimo “Pipo” Montilla

La palabra cañonero no solo designa a los músicos que hacen temblar la calle con su estruendo festivo: también nombra a dos pueblos que, sin saberlo, se reflejan en sus tambores.
El abozao, nacido en las riberas del Chocó colombiano, y el merengue rucaneao venezolano —que desde el siglo XIX pone a bailar a Caracas y al oriente venezolano— comparten una estructura sonora y una esencia que los hermana.
Ambos son ritmos de calle, de piel morena y sombrero de paja, de tambores que hablan con voz de comunidad.
En el Chocó, el abozao es danza de libertad: movimientos de caderas y hombros que cruzan miradas de seducción al compás de la chirimía, una agrupación que mezcla clarinetes, bombardinos y redoblantes con sabor de río y selva.
Mientras tanto, en Venezuela, el merengue rucaneao —aunque poco tiene en común con el dominicano, salvo el baile en pareja— hace retumbar bombos, platillos y saxofones en las esquinas más alegres del país. Las primeras apariciones del merengue venezolano datan del siglo XIX, y fue en los años 20 cuando tomó fuerza como danza urbana en Caracas.
Ambas agrupaciones —chirimías y cañoneras— comparten una base instrumental casi idéntica: percusión poderosa, vientos jubilantes y la convicción de que el ritmo no se toca, se vive.
Por eso, cuando un abozao cruza de orilla y se encuentra con un rucaneao, el Caribe entero se reconoce en su propio eco.
Comentarios
Publicar un comentario